El pueblecito costero de Hua Hin es el destino playero favorito de los habitantes de Bangkok. Situado a unas 3 horas en coche de la capital, este destino con mar lleno de hoteles, restaurantes, tiendas y mercadillos locales es un destino perfecto para el turista en busca de playa y autenticidad tailandesa.


Para visitarlo, me hospedé en el hotel Avani Hua Hin, un verdadero paraíso terrestre. El Resort cuenta con habitaciones de lujo con acceso directo a unas piscinas que imitan un mar cristalino y que bordean unas hamacas y mini-gazebos privados, y los clientes más exclusivos pueden elegir alojarse en una de sus villas con piscina privada.



Tuve la suerte de poder pasar tres noches en una de ellas y os aseguro que son una pasada. Jardín privado con hamacas, piscina con chorros de agua, salon con sofá, mesa de comedor, café y minibar, una cama dónde podrías dormir sin parar, y un baño espectacular con bañera, ducha interior y exterior y un diseño moderno y cuidado son sus señas de identidad.


El servicio del hotel es irreprochable y su oferta gastronómica un reclamo de peso por si sola. ¡Qué desayunos! ¡Qué platos tailandeses! Comer en el Avani Hua Hin es todo una experiencia. Además, ejercitarse es fácil si uno quiere, ya que el hotel dispone de un Fitness Center muy moderno y el huésped puede participar a clases de yoga diariamente.





En cuanto al Spa, las manos de las masajistas y las instalaciones invitan a descubrir el bienestar absoluto. Pasearse por Hua Hin es muy agradable y el acceso al pueblo es fácil: el hotel ofrece Shuttle bus durante todo el día para acercar a sus clientes a los puntos de interés del lugar. ¡Una maravilla!