Como buena ciudad asiática, Bangkok es un lugar lleno de energía, de coches, de motos, de ruido, de tiendas, gente y millones de cosas emocionantes por ver, tocar, probar y hacer.
Mi último paso por la capital de Tailandia marcaba el final de 3 meses y medio por el sureste asiático. Tenía 3 noches por disfrutar en la ciudad y mi plan era comer, pasear por mis lugares favoritos…y disfrutar.
Al buscar hotel (la oferta es infinita), mis ojos y mi atención se sintieron atraídos en el nombre de un hotel singular: el Rama Gardens.
Anunciado como ‘Resort en la ciudad’, sus características me sedujeron de inmediato. Extensión inmensa, piscina tropical, 3 restaurantes, gimnasio, cancha de tennis…¡un verdadero hotel de playa a 30 minutos del centro de la ciudad! Quería probar…¡y no me arrepentiré jamás!
Pocos hoteles de esas características me han ofrecido un servicio tan excelente, una comida de tan buena calidad y unas instalaciones tan cuidadas, modernas y cómodas. Ideal tanto para familias como para viajes de negocios, en solitario, con amigos o en pareja, el hotel merece realmente la pena.
Muchos criticarán la distancia que lo separa del corazón de la ciudad, y lo entiendo. Les diré que reafirmo que la excelencia del lugar lo compensa. Gracias a todo el equipo por haberme hecho sentir como una verdadera reina, y por hacer de esos tres días de despedida momentánea a Asia unas jornadas estupendas.

Hotel Rama Gardens, Bangkok












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